Falsas recetas contra la Covid-19
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Al final, Donald Trump tenía razón. La hidroxicloroquina puede convertirse en un remedio eficaz contra el SARS-CoV-2 o, al menos, ayuda a mitigar la Covid-19. No es la vacuna que se espera —sin que haya evidencias de que dicha vacuna vaya a existir nunca, como no existe la del SIDA, por ejemplo—, pero sus efectos profilácticos administrada en dosis bajas entre la población de riesgo parece reducir la actividad del virus como desencadenante de una neumonía. El presidente norteamericano se tomaba una píldora diaria a fin de prevenir una posible infección por coronavirus, dado que se habían detectado varios casos positivos entre el personal del Ala Oeste de la Casa Blanca.
Obviamente, todavía no existe ningún estudio concluyente que pueda avalar esta opinión, ni tampoco desterrarla, como se ha intentado repetidas veces desde el entorno político opuesto al presidente. En el argumentario que sostiene su eficacia trabaja el epidemiólogo francés Didier Raoult, director del laboratorio de microbiología clínica de la Universidad del Mediterráneo y miembro del consejo científico que asesora al gobierno de Francia en la lucha contra la pandemia. Entre los enemigos de Trump se cuenta una parte de la comunidad biomédica reunida en torno al Science Magazine y diversas publicaciones del New York Times.
Pero ninguna revista tiene hoy tanto predicamento entre los científicos como la británica The Lancet, propiedad del grupo de publicaciones Elsevier. El pasado 22 de mayo publicó un paper (artículo científico revisado por pares) que ponía en duda la utilidad de la cloroquina en el tratamiento de la Covid-19. Como consecuencia de ello, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) suspendió un ensayo clínico iniciado con vistas a recomendar este fármaco —muy exitoso contra la malaria— en la mitigación del actual coronavirus. La tesis concluía que la hidroxicloroquina no servía más que para causar un “grave daño cardiaco” a los pacientes.
Dos semanas bastaron para descubrir la trama de un engaño que al día de hoy no encuentra todavía explicación. The Lancet se ha tenido que retractar del trabajo publicado con grandes letras en rojo inscritas sobre el artículo original. Rendidos a la evidencia, tres de sus autores confesaron su error al dar como válidos, sin la menor prueba, los argumentos presentados por el cuarto, Sapan Desai, fundador de una pequeña empresa farmacéutica denominada Surgisphere. Éste, a su vez, persiste en la ocultación de los datos en virtud del derecho a la privacidad y las reglamentaciones existentes en materia de protección de datos.
Lo intolerable de este caso no es solo la presunción de fraude científico que reviste el mencionado paper de The Lancet. Lo indignante es que la cultura de la privacidad y las leyes protectoras de los datos acaben promoviendo una suerte de impunidad sobre noticias tomadas como verdaderas por la comunidad científica y periodística internacional. Y por la comunidad política, claro está. No ya porque la sociedad en general tenga derecho a que le sea garantizada la veracidad de las publicaciones científicas, sino porque la ocultación de la información y las restricciones en el movimiento de los datos encuentren amparo legal en una época nuestra en que las denominadas fake news sirven para aupar a populistas en el Gobierno o para destruir los cimientos del mismo sistema político que defiende la clandestinidad de los datos.
Urge reflexionar sobre el derecho a la privacidad de la información y abogar por una mayor transparencia en las comunicaciones personales y sociales. Blockchain, el nuevo ecosistema tecnológico de validación de identidades, permite el rastreo protocolario de los datos por todos sus usuarios y a la vista de todos, instrumento excepcional en la detección de todas aquellas señales anómalas que habrían desechado de primeras la veracidad del estudio (¿científico?) anti cloroquínico (¿anti Trump?).
Lo mismo cabría ser aplicado en el campo del turismo, donde tantos estudios falsos han circulado estos días sobre vacunas, tests serológicos, detectores de temperaturas y remedios indemostrados contra la Covid-19, cuando un rastreo de infectados mediante Blockchain habría proporcionado a los productos y destinos turísticos la seguridad que ni los sellos ni las certificaciones podrán nunca otorgar.
El reinicio de la actividad turística en el mundo no puede arbitrarse a expensas de malas decisiones políticas tomadas desde el oscurantismo legalizado de los datos.
Fernando Gallardo |
En las redes sociales:
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En otros grupos también se debate el plan de desescalada del Gobierno. Y me preguntan qué opino del sello 'Clean & Safe' portugués, de suscripción voluntaria y sin burocracia previa. La pregunta se completa con otra acerca de la comprobación de su veracidad mediante auditorías obligatorias. Mi respuesta, en este sentido, es que el sello portugués no requiere para su obtención más que presentar una declaración responsable. La sanidad portuguesa efectuará auditorías aleatorias. Con buen criterio, el gobierno portugués confía en sus ciudadanos y en la responsabilidad de las empresas. No hay ninguna normativa que cumplir. Quien cause daño incurrirá en responsabiidad penal que se tendrá que solventar en los tribunales. Esta forma de proceder está más próxima al derecho común anglosajón que al doctrinario latino. Cada sistema tiene sus ventajas e inconvenientes. Pero en un mundo globalizado está fuera de duda que el anglosajón tiene más capacidad de innovación e incluso una mayor trayectoria de negocio.
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En pocas horas estaremos de nuevo frente a la pantalla para dialogar sobre el sector hotelero frente a la Covid-19 con José Luque García (El Fuerte Hoteles), Alberto Muñoz (@hotel Puente Romano) y Jorge Manzur (Anantara Villa Padierna Palace Benahavis Marbella Resort). ¿Cómo afrontar un verano muy por debajo de lo habitual en reservas turísticas? ¿Necesita el turismo un rescate de Bruselas? ¿Se podrá asegurar una instalación libre de contagio? Éstos y otros temas en www.acmarbella.com
#RenacerDelTurismo
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Madrid no tendrá turismo hasta 2021, confiesa con realismo el alcalde Martínez-Almeida. Es preciso recuperar la confianza de los viajeros ofreciendo un destino más seguro y renovado, sin pasos en falso.
https://www.eleconomista.es/politica/noticias/10559937/05/20/Almeida-descarta-que-el-turismo-internacional-vuelva-a-Madrid-en-2020.html
#RenacerDelTurismo
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España firma una caída del 29% de PIB durante este primer trimestre de 2020, según la OCDE. Su fuerte dependencia del turismo impacta tanto en la parálisis económica como el peso industrial de Alemania, que ha cortado en seco sus exportaciones, y cae también un 29%.
#TurismoEnCrisis
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Otra cadena hotelera, VP Hoteles, en sumarse a la ola de reaperturas en toda España como parte de la estrategia de 'hoteles refugio' que venimos pregonando. El turismo no puede quedarse parado, aunque sea mediante una pequeña llama en la pandemia de oscuridad que nos toca vivir.
#VivirSinMiedo#HotelesRefugio
Tema de debate:
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Hotel Manager al habla
¿En qué momento del desarrollo turístico nos encontramos? Según la regla matemática de la evolución, nos hallamos en mejor situación que ayer, mas en peor situación que mañana.
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