Anticiparse a los cambios ahorra el descontento social
| Nayib Bukele en la ONU | 150 millones de turistas | Turismo lunar | Introduction to Block theory | Aprendizaje tecno emocional |
Estos días andan preguntándose la clase política y la clase mediática cómo se ha llegado al punto en que explotan revueltas populares radicales de las clases medias contra los más desfavorecidos. En España con el 15-M, en Francia con los chalecos amarillos, en ese Beirut tantas veces proclamado la Suiza de Oriente Medio… Y, ahora, en Chile, el oasis de Latinoamérica.
¿Cómo es posible que, sin aviso previo, el conflicto en Santiago de Chile se haya agudizado hasta el extremo de provocar la destrucción de la infraestructura del metro, que transporta a millones de personas en una ciudad con una población cercana a los seis millones de habitantes? El metro constituía el principal orgullo del país andino por la modernidad, pulcritud y eficiencia con la que se desplazaba su pujante clase media, cumplidora de los horarios de trabajo y conciliación familiar gracias a su religiosa (nunca mejor dicho) puntualidad.
¿Qué pasó?, se pregunta hoy, atónito, el ciudadano corriente.
Y la respuesta, como siempre, tiene la complejidad de la acción política, en numerosas ocasiones convertida en inacción. Lo explica muy agudamente el periodista argentino Andrés Oppenheimer, observador de excepción en su atalaya de la CNN en Miami:
Lagos (el ex presidente socialista Ricardo Lagos) me contó que durante una visita al suburbio chileno de Renca, cerca de la capital, visitó un complejo de viviendas que había sido construida hace casi dos décadas por su gobierno para gente que hasta entonces vivía en casas prefabricadas. Durante la visita, quedó sorprendido por el nivel de descontento entre sus residentes. "Me dijeron, '¿Cómo pudieron construir estas viviendas sin lugares para estacionar el auto?' ", recordó Lagos. "Yo les respondí: '¿Usted pensó hace 20 años que tendría un auto? Y cuando me dijeron que jamás lo habían pensado, les dije, 'Bueno, yo tampoco lo pensé' ".
Contra lo que las izquierdas europeas manifiestan estos días, la crisis chilena no ha sido provocada por las políticas neoliberales y de derechas que benefician a los ricos en detrimento de los pobres y aparejan la desigualdad social en el país. Si bien es cierto que Pinochet instauró un régimen liberal parangonable al estadounidense durante sus 17 años de dictadura, desde 1990 la izquierda socialista ha venido gobernando el país salvo un periodo de presidencia derechista de apenas cinco años y medio. El levantamiento popular de estos días pasados ha sido contra las políticas establecidas por las distintas mayorías de izquierdas que han gobernado Chile durante 21 años y medio. Contra las políticas ejercidas por un sistema institucional incapaz de prever los efectos del crecimiento económico, la superación de la pobreza extrema y la aceleración tecnológica de las últimas décadas.
Así lo relata Oppenheimer:
El dictador venezolano Nicolás Maduro y la vieja guardia de la izquierda mundial están celebrando las violentas protestas callejeras de Chile como evidencia de un supuesto fracaso del sistema de libre mercado.
En rigor, es todo lo contrario: es una revuelta del Primer Mundo, producto de una creciente clase media que exige beneficiarse más del éxito económico de su país.
Esa es la conclusión a la que llegué tras una larga conversación con el ex presidente chileno Ricardo Lagos, miembro del Partido Socialista y uno de los líderes más respetados de lo que queda de la izquierda democrática, globalizada y moderna de América Latina.
Hablé con él un día después del discurso del presidente de Chile , Sebastián Piñera, en el que revirtió las recientes alzas en el transporte público y anunció un paquete de medidas de ayuda social luego de disturbios callejeros que dejaron un saldo de 15 muertos. Multitudes de jóvenes enojados habían quemado estaciones de metro y supermercados, lo que obligó a Piñera a declarar un estado de emergencia en partes del país.
Cómo pudo haber sucedido esto en la economía más exitosa de América Latina?, le pregunté a Lagos.
Chile ha sido el único país de la región que ha reducido la pobreza del 40 por ciento de la población hace 30 años a menos del 10 por ciento en la actualidad. Hoy, el salario mínimo de Chile es de $408 mensuales, comparados con los $7 mensuales de Venezuela.
Chile es el país número 1 en América Latina en crecimiento económico estable, y en estándares de educación e innovación, según la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Pero aunque Chile es el país más exitoso de América Latina en casi todos los rubros, no ha tenido tanto éxito en la reducción de la desigualdad, me dijo Lagos. La brecha entre ricos y pobres ha disminuido, pero solo marginalmente.
"La subida de los pasajes del metro fue la gota que rebasó el vaso", me dijo Lagos. "La ciudadanía siente que, aunque la pobreza ha disminuido sustancialmente, hay una concentración muy alta del ingreso, y una desigualdad que no se ha atacado adecuadamente".
(…)
Según Lagos, Chile necesita aumentar los impuestos, especialmente a los ricos, porque se necesitan más servicios públicos.
"La gente exige un nuevo contrato social, para que los frutos del crecimiento lleguen a todos", concluyó.
Mi opinión: Probablemente hay muchos factores que llevaron a las protestas de Chile, incluido el apoyo de Venezuela a los grupos izquierdistas radicales del Foro de Sao Paulo que, como lo ha confesado públicamente el propio Maduro, están ayudando a provocar protestas callejeras en varios países.
Pero las protestas sociales de Chile son diferentes a las de Ecuador, Haití y otros países que se han visto obligados a aumentar los precios de los servicios públicos porque están quebrados. Las protestas de Chile son más parecidas a las de los "indignados" en España o las de los "chalecos amarillos" en Francia. Reflejan una crisis de expectativas incumplidas en países desarrollados.
El sistema capitalista de Chile puede necesitar una corrección, como todos los sistemas. Pero es mucho más exitoso que el desastroso régimen de Maduro, o los recientes gobiernos populistas de la familia Kirchner en Argentina, que dejaron a sus países en la bancarrota.
No se puede descartar que Chile se recupere pronto, y que se convierta en un modelo aún más exitoso para el resto de América Latina.
La clave de lo ocurrido en Chile, como el malestar que aqueja a las clases medias españolas, francesas o norteamericanas, tiene como fermento principal la doble revolución global y digital que transforma hoy nuestras sociedades a una velocidad de relámpago. Truena la aceleración tecnológica, pero ningún político —ni intelectual— es capaz de prever sus consecuencias, como el ex presidente Ricardo Lagos fue incapaz de prever que sus compatriotas más pobres fuesen a tener vivienda y automóvil dos décadas más tarde.
Sebastián Piñera, el presidente actual, tampoco se entera. Como no se enteraron Macron, Zapatero, Rajoy y tantos otros estadistas que contemplan asombrados la insurgencia de las clases medias, condenadas progresivamente a la sustitución robótica (ya lo fueron sus padres y abuelos, agricultores y ganaderos en su mayoría desplazados del medio rural por el tractor y la ordeñadora automática). Como no se enteraron los dirigentes del lobby turístico español Exceltur, cuando expresaron su sorpresa por el advenimiento de las plataformas colaborativas y el auge de los alquileres turísticos. Como no se enteraron tampoco los directivos de Thomas Cook, Kuoni y otros turoperadores convencidos de que los humanos hemos viajado siempre de la misma forma y de esa misma forma seguiremos viajando per secula seculorum.
La gran lección de los disturbios en Chile, que pueden ser un anticipo de lo que ocurrirá pronto en otras latitudes, es que la aceleración tecnológica nos exige hoy a todos una aceleración en nuestra manera de pensar. Una velocidad mayor en asimilar los cambios tecnológicos que, si los más recientes ya nos tienen desconcertados, más nos desconcertarán aquellos que están por suceder en los próximos años, en las próximas décadas. En la economía en general y en la economía turística en particular. En todos los órdenes del individuo y de nuestra sociedad.
Solo en razón a este desconcierto cabe explicarse por qué las corrientes de izquierda en el mundo han sido las más reactivas, las más renuentes, a la economía colaborativa del turismo, que por su propia definición es la modalidad económica más participativa. La economía de los pequeños propietarios de viviendas, vehículos, herramientas y servicios. De las clases medias, vaya.
Fernando Gallardo |
En las redes sociales:
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La quiebra de Thomas Cook resuena en este discurso que el nuevo presidente de El Salvador pronuncia en la 74ª Asamblea de Naciones Unidas: "el mundo está cambiando, pero la ONU sigue igual". Recuerden qué le pasó a Kodak, a Blockbuster, porque les puede ocurrir lo mismo a las naciones.
Y mientras Nayib Bukele hablaba, la sala permanecía vacía de funcionarios inútiles a quienes seguimos pagando su inutilidad de nuestros bolsillos.
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Los 82,6 millones de turistas internacionales suman en España una ocupación total de 24 días al año. Sin aumentar la capacidad de alojamiento se podría aspirar a recibir 150 millones de turistas ampliando la ocupación en solo 20 días.
#AEDH2030 @HOSBEC @AEHCOS @DirectoresHotel
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El turismo lunar podría ser una realidad antes de lo que pensamos. Los chinos planean establecer una base en el satélite dentro de cinco años. A partir de ahí, soñar con viajes a la luna ya no será tan caro como parece. El complejo selenita podría algún día llevar incrustado un módulo de alojamiento turístico.
↳ #TurismoFuturo: https://www.linkedin.com/feed/update/urn:li:activity:6527142924830937088
https://phys.org/news/2019-04-china-moon-station-years.html
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We use to analyze what Blockchain is and what it is for, introduction to block theory, the collaborative scenario: transparency and trust, intelligent contracts, farewell to apps, the future of digital crypto coins, token networks in the tourism industry and the Internet of Things in Blockchain. Don’t miss our seminarios and blog: laruinahabitada.org (Spanish) http://clusterturismogalicia.com/en/fernando-gallardo-experto-en-turismo-impartira-en-cuntis-un-seminario-sobre-tecnologia-blockchain-y-sus-repercusiones-en-el-mundo-del-turismo/ Don't miss out !!! by @ClusterGalicia
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Aprendizaje tecnoemocional: un nuevo vector de desarrollo para la gastronomía colombiana. Así de llena estaba la sala del X Congreso Nacional de Restaurantes - Bogotá (Colombia), organizado por Acodres
Tema de debate:
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Crece en Menorca la aversión hacia los hoteles
Después de las sucesivas subidas de los precios hoteleros, que en algunos casos han rebasado el 50 por ciento en los últimos cuatro años, «vender el producto Menorca» se ha convertido en un problema, alegan los presidentes de dichas asociaciones Luis Casals y Lorenzo Pons.
¡Hasta la próxima!
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