Inteligencia más que humana para la protección de datos
| Entrevista en el chéster | Alojamientos extrahoteleros crecen más que los hoteleros | Monopolios tecnológicos por aclamación popular | Tiempo real y tiempo Elon | Alimama inteligente |
Fernando Gallardo |
Uno de los aspectos más preocupantes de la transformación digital tiene que ver con el uso intensivo de los datos y la fragilidad de los actuales sistemas de protección de la privacidad. En particular, la Comisión Europea lleva años enfrascada en valoraciones, análisis y negociaciones con los distintos estamos para regular lo mejor posible el derecho de sus ciudadanos al control de sus propios datos. Un esfuerzo que, como he señalado en ocasiones anteriores, podría ser vano ante la multiplicidad de aplicaciones y redes sociales que comparten datos indiscriminadamente y también de la indiferencia mostrada por ciertas regiones geográficas ante una idea de la intimidad personal que no es privativa de su tradición cultural.
Porque el desarrollo tecnológico basado en los datos personales no va a cesar en el mundo, y si Occidente obstaculiza su libre circulación será Oriente el que promueva la más alta tecnología de datos y se beneficie de ella. Pero existe, además, otro factor no menor que haría factible el salto por encima de las regulaciones europeas en la materia sin incumplirlas. Y su modus operandi debería refrenar la paranoia institucional derrochada hasta hoy en proteger la propiedad privada de los datos.
Me refiero a la inteligencia artificial y su capacidad para superar hoy en muchos aspectos a la inteligencia humana.
Lo interesante de la economía de los datos no reside únicamente en su acumulación, análisis e interpretación, sino en la capacidad que proporcionan a gran escala (Big Data) para inferir predicciones y establecer pautas eficientes de pronósticos sobre las más diversas materias. Por ejemplo, los flujos turísticos que cabría esperar en un destino como consecuencia de la evolución de sus mercados emisores. O la producción de experiencias personalizadas en el hotel con arreglo al patrón de conducta de cada huésped en concreto.
La analítica humana requiere el acopio previo de datos obtenidos mediante el seguimiento y monitorización de los ciudadanos, lo cual no siempre es ética ni legalmente factible. La inteligencia natural infiere de éstos los resultados pertinentes conforme a la metodología existente desde Thomas Bayes (1702-1761) y su teorema de las probabilidades condicionales y marginales distribuidas. Sin embargo, la inteligencia artificial puede optar por sesgos muy diferencias y entrópicos, como demostrara el sistema DeepMind de Google con la victoria de su módulo AlphaZero al impresionante Stockfish 8 que, con un ELO de 3.400 puntos, era el vigente campeón mundial de ajedrez por ordenador. A diferencia de otros sistemas de inteligencia artificial, DeepMind no tiene su módulo pre-programado, sino que aprende de la experiencia a fuerza de utilizar píxeles primas como datos de entrada.
En resumidas cuentas, mientras la inteligencia humana necesita conocer con detalle cada dato del individuo para componer un perfil personal —y así diseñar un programa de experiencias hiper personalizado—, la inteligencia artificial infiere el mismo perfil desde un universo de datos no necesariamente sesgados y al que no le afectarían consecuentemente las actuales leyes de protección de datos. Lo que viene a significar la escasa utilidad de unos hombres de negro en Bruselas y Estrasburgo que legislan para la inteligencia humana cuando ya la artificial va muy por delante en sus previsiones fácticas.
Porque no cabe la menor duda de que esta próxima década será, para el turismo y otras industrias humanas, la década del conocimiento total del cliente y de la extrema personalización de sus productos. Lo advierte IDC, que es el principal proveedor mundial de inteligencia de mercado, servicios de consultoría y eventos para los mercados de tecnología de la información, telecomunicaciones y tecnología de consumo: el 15% de las aplicaciones de experiencia del cliente serán continuamente hiperpersonalizadas mediante la combinación de una variedad de datos y nuevos algoritmos de aprendizaje.
En las redes sociales:
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Mientras el sector hotelero crece en Europa un 3,5%, los alojamientos extrahoteleros llevan un ritmo de crecimiento del 8,2%, según un estudio de Skift, que prevé un aumento global de la oferta turística en torno al 4,6% anual.
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¿Google, Facebook, monopolios? Muchos parecen haber olvidado que las leyes contra los monopolios están diseñadas para proteger la competencia, no a los competidores.
https://elpais.com/economia/2019/08/10/actualidad/1565469638_196784.html
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Ya se empieza a diferenciar los dos tiempos de nuestro tiempo: el tiempo real y el tiempo Elon (por lo acelerados que la NASA ve los planes de Elon Musk)
#TransformacionDigital
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AliMama, la filial mercadotécnica de Alibaba, ha conseguido crear una aplicación de inteligencia artificial para formatear cualquier producto con sus medidas y características en sus portales chinos Tmall y Taobao. Al mismo tiempo es capaz de redactar 20.000 líneas de texto en un solo segundo.
#TransformacionDigital#FuturoLaboral
Tema de debate:
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¡A dormir a la playa! ¡Qué bien!
El dogmatismo, según Kant, expresa un conocimiento de conceptos y por conceptos cuyo propósito eleva a conocimiento transcendental lo que debería o podría ser el conocimiento de objetos en general. Más allá de la investigación, el empirimo y la crítica argumentada, todo dogma significa y se significa como una verdad imposible de debatir.
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