La montaña es hoy un confuso lugar de veraneo para los habituales de la playa
| Las empresas turísticas sufren un castigo en su imagen por los vaivenes de ocupaciones y precios ocurridos durante este verano |

Mayor incertidumbre, imposible. Y con la incertidumbre el turismo no funciona. La economía flaquea. Las empresas turísticas entran en crisis. Los empresarios se desesperan. Sus ilusiones entran en desesperanza.
“Desde que empezó el ruido (los rebrotes repuntan, los países europeos vetan el veraneo en España) el planning se nos desconfigura de un día para otro. Esta semana hemos tenido cancelaciones importantes, aunque a las pocas horas vuelven las reservas”, nos relata la propietaria de un hotel rural en Cantabria, donde las ocupaciones de las últimas semanas no han dejado lugar a dudas: el aislamiento y el aire puro seducen hoy más que los rave parties del litoral y la saturación turística de las playas.
Si la España interior ha registrado este verano unas ocupaciones históricas, gracias al miedo que el coronavirus ha metido en los habituales de la playa, el saldo final de este éxito puede convertirse en el talón de aquiles para la recuperación turística en los años venideros. El aumento de demanda, frente a una oferta muy escasa comparada con la existente en el litoral mediterráneo e insular, ha provocado en no pocos casos un aumento significativo de los precios. Primera queja. Los alojamientos de interior están llenos a rebosar de una clientela frustrada a veces con unas condiciones y unos servicios muy distintos a los acostumbrados en los macro destinos de playa. Unos establecimientos donde la atención a los niños, el esparcimiento en la arena, la multiplicidad de actividades lúdicas en los hoteles, los grandes comedores de autoservicio, por no mencionar la climatología y los baños de mar consiguen definir lo que la mayoría de los veraneantes nacionales e internacionales entienden como unas auténticas vacaciones.
En consecuencia, y con viso nítido de injusticia conceptual, los alojamientos de interior han sido penalizados en sus valoraciones en TripAdvisor, Booking, Google y otros por culpa de una clientela que no es la natural de los destinos de interior, rurales o de montaña, donde ni las dimensiones de los hoteles permiten ofrecer la variedad de servicios que se ofrecen hoy en la playa, ni las condiciones ambientales tienen nada que ver con ese concepto de vacaciones anidado desde hace décadas en el imaginario colectivo de los veraneantes.
“Me siento con la espada de Damocles encima. El restaurante es un buen termómetro y empiezan las comidas de despedida… por si la semana que viene no estamos ya aquí”, precisa otra hotelera de la misma zona.
Continúa, pues, la incertidumbre sobre cómo los rebrotes masivos, las restricciones progresivas y los vetos internacionales van a afectar a las semanas que nos restan ya de verano. Para muchos, un verano muy irregular que debería acabarse cuanto antes. Sin sobresaltos, ya habrá tiempo para reflexionar cómo reflotar unos negocios turísticos que atraviesan la peor crisis de su historia. Esta es la percepción general que detectamos, semana tras semanas, en los sondeos realizados entre los 1.220 empresarios y profesionales del sector turístico que hoy se organizan en los grupos de Telegram correspondientes a la red #RenacerDelTurismo.
PIRINEOS
A diferencia del vacío experimentado este verano en las zonas de litoral, los destinos de interior, el turismo rural, la montaña y el norte de España viven una temporada que muchos profesionales califican de histórica. Así, pese al susto recibido por muchos hoteleros con las cancelaciones de la semana del 13 de julio, este mes de agosto está registrando unos llenos absolutos hasta ahora nunca vistos. Y no solo eso, una vez registrado el visitante en su destino, es muy corriente que amplíe su estancia unos días más. Los servicios de reparto a los apartamentos también han experimentado una excelente acogida en todos los valles pirenaicos. Incluso la Cerdanya, que hasta este mes había discurrido de manera satisfactoria, pero nunca eufórica. Las previsiones son de seguir así la segunda mitad de agosto, pese a que las cancelaciones de extranjeros repercuta en muchos establecimientos acostumbrados a recibirlos de cara al final del verano y principios de otoño. Las nuevas reservas compensan sobradamente las cancelaciones de julio.
Septiembre continúa siendo, no obstante, una incógnita. Es un mes tradicional en la montaña para los alemanes, que hoy tienen no recomendado el viajar a ningún punto de la Península. En estas últimas horas se ha detectado un rebrote de cierta importancia en La Seu d’Urgell que amenaza la frontera con Andorra.
En Navarra, los hoteles rurales respiran también del coronavirus: hasta el 23 de agosto tienen un 98% de ocupación, si bien durante la última semana ésta desciende al 62%. Las viviendas turísticas, las casas rurales y los apartamentos familiares están al 81% y 50% respectivamente. Mientras tanto, en Pamplona los hoteles caen drásticamente al 40% este mes de agosto. Para septiembre se espera una ocupación del 38% y, en octubre, del 21%. Todo según lo previsto.
Peores registros se observan en La Rioja, donde las expectativas nunca fueron buenas y donde el nivel de cancelaciones ha llegado a alcanzar cifras del 50%. En estas tierras anda todo el mundo muy asustado y, de más en más, desilusionado. La mayor parte de los movimientos son vistas de una jornada sin pernoctaciones. Y septiembre aún presenta un peor aspecto. El inicio de la vendimia arroja cifras alarmantes, ya que al precio en descenso de los alojamientos turísticos se suma una caída en los precios de la uva. Pero, como en todas las comunidades, el turismo rural riojano ha funcionado mejor que el urbano. Y agosto, mejor que julio.
BARCELONA Y EL LITORAL CATALÁN
En esta tónica pesimista, los hoteles vacacionales y las grandes cadenas hoteleras refuerzan su estrategia de rebajas al por mayor y cierres adelantados de establecimientos. Cuatro grandes hoteleras (Meliá, NH, Iberostar y RIU) intentan evitar el cierre con descuentos de hasta el 40% en el caso de RIU, el 30% en el caso de Meliá y el 25% en el de NH e Iberostar.
Con apenas un 30% de hoteles abiertos en Barcelona, la ocupación media en agosto no llega al 12%, según informa el Gremi d’Hotels de Barcelona. El verano en esta capital, como en otras capitales españolas, se da ya por perdido. La ciudad dispone de 9.600 apartamentos turísticos, de los que casi 4.000 ya se acaban de reconvertir al mercado de pisos de alquiler indefinido con contratos para 10 meses o, incluso, de cinco años completos.
Algo mejor se perfila el litoral catalán, pese a que la falta de transparencia en los datos permite eculubrar sobre la situación de crisis de muchos negocios de alojamientos. En la Costa Brava, la ocupación oscila entre un 20% y un 30% entre semana, que puede llegar al 40% y el 60% los fines de semana. Es mayoritaria la impresión de que la primera quincena de agosto ha sido floja, con mucha reserva de muy última hora y más cancelaciones de lo habitual. Se prevé un final de agosto aún más flojo. De todos modos, los hoteles que han abierto (pequeños y familiares) han salvado los muebles, si bien dan por casi concluida la temporada esta misma semana. En compensación, quienes mantenían una estancia media de tres noches han visto cómo se estiraban este mes a una semana.
En las zonas más próximas a Francia sí que se percibe un claro aumento del turismo galo este agosto, con ocupaciones entre el 80% y el 100% en algunos casos, volúmenes que caen estrepitosamente durante el fin de semana.
COSTA VALENCIANA
En la irregularidad de este verano, los hoteles de playa pueden llegar en algunos destinos a un 40% de actividad media. Se han caído, por el efecto persuasivo de sus países de origen, las reservas de numerosos extranjeros, incluso la de los españoles en septiembre. Algunos empresarios lo califican de desmoronamiento para lo que queda de agosto y todos los indicios de lo mismo para septiembre, fecha en que la clientela de este litoral es mayoritaria es europea.
El sector hotelero de Benidorm no supera el 40% de ocupación y los precios se mantienen desde hace unas semanas en caída libre. En el sector de las viviendas turísticas se repite una situación similar, muy lejos del 85% de la oferta prevista para ser alquilada en agosto. Solo los clientes fieles, y extranjeros arriesgados, se atreven a pasar allí unas vacaciones. Tiene una lógica meridiana: las empresas alemanas no toleran que sus empleados puedan contagiarse en España y, a su vez, los empleados temen que si ello sucede se pueden quedar sin trabajo. Para septiembre ya se anuncian bastantes anulaciones.
En Denia, particuparmente, la ocupación de segundas residencias es alta, en torno a un 90%, gracias al turismo nacional. Mientras, los apartamentos reglados registran ocupaciones del 50% y menos del 40% los hoteles.
MALLORCA
Pese a los esfuerzos del Gobierno autonómico con los corredores turísticos, las ocupaciones siguen flojas. La media de julio se situó en el 37%, cinco puntos por debajo de la previsión inicial de la Federación Empresarial Hotelera de la isla, y la de agosto puede bajar incluso del 30%. Con este panorama, las cadenas hoteleras comenzarán a cerrar sus establecimientos a partir del próximo domingo día 23. Tras la decisión de Alemania de incluir las Baleares entre los territorios a los que no recomienda viajar, el desplome de la actividad turística ha sido inevitable. Por ejemplo, la Playa de Palma, tradicional feudo germánico, cerró el mes de julio con la mitad de sus hoteles abiertos y con un 45,5% de ocupación. Pero el cierre adelantado de los hoteles está provocando un descenso en agosto por debajo del 25%.
En boca de algunos testigos, el panorama mallorquín es desolador. No se ve un solo foráneo en la playa. Casi todos los hoteles ya están cerrados, aunque alguno quedaba abierto a principios de esta semana con seis huéspedes y 30 empleados. Bares, supermercados, alquileres de coches, tiendas... Todo cerrado. Miles de vuelos cancelados.
CANARIAS
Las cosas en Tenerife parecen estar un poco mejor que en la Península, aunque los testimonios que nos llegan dicen que la isla está muerta. Los hoteles han hecho un esfuerzo extraordinario en seguridad, con suficientes para pasar unas vacaciones en tranquilidad. En algunos se realizan controles periódicos del estado anímico de los huéspedes, con medidores de temperatura, con contratos de responsabilidad del cliente con respecto a su historial con el virus, así como una larga lista de medios y cuidados del personal e instalaciones.
Pero los datos de rentabilidad no acompañan. Ni siquiera en Lanzarote, donde el criticado ‘embargo británico’ ha dejado la isla con unas ocupaciones por debajo del 30% previsto para agosto. El desplome en algunos hoteles ha sido mayúsculo, si bien la mayoría no tenía prevista su apertura hasta octubre. Solo algunos hoteles con encanto difrutan en esta isla de alta ocupaciones (hasta un 90%) con clientela peninsular y canaria en fines de semana.
ANDALUCÍA
Como en semanas anteriores, las ocupaciones en el interior y la situación de la costa ofrecen un panorama opuesto. Las casas rurales están a tope desde finales de junio hasta la mitad de septiembre, principalmente por un turismo andaluz temeroso a desplazarse fuera de su comunidad. También, algunos que otros madrileños y castellano manchegos. En contrapartida, los hoteles y apartamentos turísticos fuera de los parques naturales están bajo mínimos. Y para qué hablar de las ciudades.
Granada y Jaén están vacías. Las medidas tomadas en Andalucía respecto al ocio nocturno han sido la puntilla de un turismo casi inexistente este verano. Los datos en las mejores zonas urbanas, como Úbeda, Baeza y otras, no varían con respecto a los de semanas anteriores. Un 30% a diario, con repuntes los fines de semana y reservas de muy última hora.
La denominada Costa Tropical obtiene mejores registros: un 40% a diario y los fines de semana, un 60%. En Almuñécar hay mucho ambiente, pero generado principalmente por quienes aquí su segunda residencia. Los hoteles permaneces a medio gas. Turismo internacional, muy poco.
En la Costa del Sol, los visitantes procedentes de Arabia Saudí, Bahréin, Qatar, Kuwait o Marruecos —que representan un 20% de la demanda en agosto— están desaparecidos este verano, lo que vacía los hoteles de lujo de la Milla de Oro marbellí. Muchos de los establecimientos punteros registran hoy ocupaciones de apenas el 10% o el 15%, claramente inviables para seguir abiertos. Los rebrotes en la Costa del Sol, en aumento en estas últimas semanas, provocan un efecto altavoz que ahuyenta a la clientela tradicional.
En mucho mejor situación se halla el litoral gaditano, menos expuesto al turismo internacional que el malagueño. Así, las ocupaciones oscilan entre el 85% y el 100% de hace dos semanas. Pero esta última semana se están viendo caer paulatinamente las reservas incluso hasta el 55% previsto para la última semana de agosto.
EXTREMADURA
Esta región cuenta a su favor con una red de Paradores de Turismo que está funcionando con unos resultados por encima de lo esperado. Sigue imperando la imagen de una empresa segura, que ha extremado todos los protocolos, pese a que muchos clientes son indisciplinados a la hora de cumplirlos. Más allá de agosto, cuyos datos apenas descienden un 10% con respecto al año anterior, las ocupaciones se anticipan muy por debajo de las vividas en 2019.
Los alquileres de casas familiares se mantienen a buen ritmo. La Vera, el Jerte, Plasencia, Ambroz y otros núcleos rurales de Extremadura registran una ocupación de hasta el 30%.
MESETA CASTELLANA
Algunos destinos poco conocidos todavía, como la ruta del Románico Norte, en Palencia, permanecen llenos a rebosar desde julio a septiembre. En el Bierzo rigen casi las mismas cifras, un 97% de ocupación hasta el 23 de agosto y el 50 % para la última semana, que podría aumentar con reservas de última hora hasta el 70%. Sin embargo, la previsión de septiembre es francamente peor: el 20%. Para octubre apenas hay confirmadas un 5% de las reservas.
Madrid no cambia su panorama con el aeropuerto a medio gas y los rebrotes que se atisban cada día más preocupantes, sobre todo con vistas a la reanudación del año escolar en septiembre. Solo han abierto 100 de los 322 hoteles que forman la Asociación Empresarial Hotelera madrileña. Y su ocupación media continúa la tónica renqueante de julio, en torno al 22%.
En la Alcarria y la zona de Torija, lejos de la concentración urbana madrileña, agosto mantiene el mismo volumen de ocupación que en julio: alrededor del 80%. Con dos importantes novedades: las reservas cada vez se dejan más para última hora y los descuentos afloran para incentivar la demanda.
En Sigüenza, la ocupación semanal este agosto reside por encima del 90%, aunque caerá la semana próxima al 60%. Y, en septiembre, prácticamente a cero.
PAÍS VASCO
Bilbao capital sigue sin dar señales turísticas. La media de agosto ha estado por debajo del 30%. Y no parece que para septiembre vayan a repuntar mientras continúen los rebrotes que han puesto a todo Euskadi bajo la alarma del coronavirus. Las previsiones iniciales del 25% en septiembre y octubre se han quedado ahora en un imperceptible 4%. Algunos hoteles se plantean no volver a abrir hasta 2021.
CANTABRIA
Al contrario que la comunidad colindante, el interior cántabro registra llenos absolutos del 100% que se extienden hasta el 29 de agosto. Aquí las anulaciones son casi inesistentes. Y aquellas que indefectiblemente se producen vuelven a ser completadas al minuto porque en algunos casos hay lista de espera.
Pero los rumores de cierre total en el País Vasco amenazan con un desplome de las reservas para septiembre. Algunos hoteles nos informan de que ya solo tienen asegurado el 50%. “Me siento con la espada de Damocles encima. El restaurante es un buen termómetro y empiezan las comidas de despedida por si la semana que viene no podemos”, confiesa la propietaria de un establecimiento rural próximo al litoral.
ASTURIAS
La vecina Asturias no alcanza los niveles de Cantabria, pero tampoco le va mucho a la zaga. En todo caso, las ocupaciones de interior superan el 65%, aunque con muchas reservas de última hora. En el sector no esconden su entusiasmo por la marcha de este verano. El presidente de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur) subraya que si julio fue un mes excelente, con ocupaciones del 90%, en agosto se han acercado incluso al 100%. Y todo bajo la certeza de que la temporada este año se prolongará hasta mediados de septiembre.
Los extremos están funcionando mejor que la zona central de Asturias, donde la ocupación de agosto no llega al 70% y en septiembre se produce un desplome casi a cero.
GALICIA
Debido a que solo 1,4 de los 5,1 millones de turistas procede del extranjero, Galicia está respirando este verano con las cifras suculentas que le proporciona el turismo nacional. Viajeros amantes del hecho regional, de Zara y, sobre todo, del marisco gallego. Aunque es verdad que la mayoría de las estancias este verano han sido de dos o tres noches, frente a las reservas de una semana características de años anteriores.
A Coruña sufre una crisis de reputación desde que el equipo de fútbol del Fuenlabrada viajó a la ciudad con siete contagiados y acabó confinado en un hotel coruñés.
Fuera de esta triste circunstancia, agosto ha traído cifras del 85-90% en casi todo el litoral y buena parte del interio rural. La facturación en todos los casos supera a las de años pasados, gracias a un precio medio algo superior. Galicia ha sido un descubrimiento para los senderistas, aunque el Camino de Santiago se ha comportado con cifras inferiores a las esperadas.
Laxe, Muxia, Corcubión y Fisterra, el fin del mundo, han sido un feliz descubrimiento para muchos españoles que los han ocupado un 90% de los días. Parador de Muxia, incluido.
[Estos datos provienen de un sondeo genérico efectuado entre el 8 de julio y el 17 de agosto en las 16 redes colaborativas de la plataforma #RenacerDelTurismo, creadas durante la pandemia en 20 destinos españoles. Las anotaciones son meramente orientativas, ya que no reúnen las condiciones para ser un cuadro estadístico ni para inferir conclusiones más allá de las meramente expositivas]
Fernando Gallardo |